Los numerosos molinos de agua salpicados a lo largo de la geografía gallega dan cuenta de la gran cantidad de ríos y cursos fluviales de esta tierra. El uso de estos molinos se repartía normalmente en horas de molienda entre los vecinos o comuneros. La fuerza del agua era la fuente de energía necesaria para poner en marcha la pesada maquinaria pétrea que formaba el molino y que permitía convertir los granos de maíz y trigo en preciada harina. Normalmente los asociamos a los márgenes de caudalosos ríos insertos en el corazón de los bosques; sin embargo, en este caso ofrecen una disposición peculiar y poco común, ya que el conjunto de los cinco molinos de Ardeleiro, se encuentra sobre una zona escarpada ante el océano aprovechando las aguas del rego dos Muiños.
Forma parte del Museo Arqueológico Abierto de Carnota. El mejor momento para apreciarlo es al atardecer con la luz rasante del sol poniente. Estamos ante un conjunto de grabados que combinan círculos concéntricos y cazoletas, asociados por algunos autores a la representación del cosmos, al agua o al propio sol. Además de estos elementos, podemos identificar figuras que recuerdan a armas.
El dolmen de Pedra Moura se ubica en la localidad de Aldemunde. Está datado entre el 3500 y el 2700 a. C., en la época de apogeo de la cultura megalítica. En torno a su origen existe una leyenda que cuenta que las losas que componen el túmulo fueron traídas desde el petón de Calvelo a hombros de una “moura”, al tiempo que amamantaba a un bebé e hilaba con una rueca. El nombre que recibe este monumento funerario tiene que ver con esta leyenda, muy común dentro de la tradición popular gallega. Muy cerca del dolmen existe un espacio natural de gran valor llamado Ribeira da Pena, uno de los bosques autóctonos más importantes de la Costa da Morte
El paisaje espectacular que se puede observar desde este mirador, entre San Mamede y As Paxareiras, abarca las parroquias de Lira, Carnota, las marismas de Caldebarcos y Fisterra. Desde aquí se pueden observar hermosas puestas de sol sobre el océano. El mirador acoge un conjunto escultórico realizado por Nando Lestón, compuesto por varios árboles quemados, a los que les ha dado una segunda vida, interviniéndolos para convertirlos en piezas de arte.
Forma parte del Museo Arqueológico Abierto de Carnota. Situada en lo alto de una colina en la parroquia de Lira, desde su cima podemos disfrutar de una impresionante panorámica de 360 grados que abarca desde monte Louro hasta cabo Fisterra. Es una fortificación cuyo origen se sitúa entre la Antigüedad tardía y la Alta Edad Media. Cuenta con un sistema de doble muralla, dos recintos internos y una entrada orientada hacia el puerto de Lira. En sus inicios tuvo una función protectora y con el paso del tiempo se le dió un uso agroganadero. Durante el siglo XX volvió a ser utilizado como refugio para los perseguidos durante la Guerra Civil.
Forma parte del Museo Arqueológico Abierto de Carnota. La datación histórica de este castro lo sitúa entre los siglos VI a. C. y I d. C. Su estructura es oval y presenta dos murallas separadas entre sí, reforzadas por una tercera en la fachada sur. A lo largo del tiempo son muchas las leyendas y mitos que lo han envuelto. La más conocida cuenta que este castro fue residencia de la Reina Lupa y, como prueba de ello, en el centro se encuentra su trono, una piedra con apariencia de asiento.
PETROGLIFO REGO LAMOSO
Forma parte del Museo Arqueológico Abierto de Carnota. El mejor momento para apreciarlo es al atardecer con la luz rasante del sol poniente. Con el mar abierto en el horizonte, el petroglifo de Rego Lamoso presenta armas, cazoletas, cuadrados y círculos concéntricos. Estos grabados, al igual que los demás petroglifos que forman parte de este museo, se encuentran en un lugar privilegiado para la observación del paisaje.
Forma parte del Museo Arqueológico Abierto de Carnota. El mejor momento para apreciarlo es al atardecer con la luz rasante del sol poniente. Ocupa dos piedras grabadas con múltiples conjuntos de cazoletas de distintos tamaños. Se contemplan además combinaciones circulares, paletas, antropomorfos y cruces.
Forma parte del Museo Arqueológico Abierto de Carnota. El mejor momento para apreciarlo es al atardecer con la luz rasante del sol poniente. Esta gran piedra constituye un lienzo en el cual se extienden grabados de distintas épocas: círculos concéntricos y cazoletas prehistóricos, cruces de época medieval y embarcaciones de datación indeterminada.
Este petroglifo forma parte del Museo Arqueológico Abierto de Carnota. El mejor momento para apreciarlo es al atardecer con la luz rasante del sol poniente. Parece representar la figura de una mujer con un niño en brazos. Si bien su significado todavía es hoy un enigma, la hipótesis más evocadora apunta a la representación de la figura de una diosa madre a la cual irían asociados numerosos ritos de fertilidad.
El artista alemán Manfred Gnädinger, más conocido como Man, el alemán de Camelle, se trasladó a vivir a la localidad de Camariñas en los años 60 del siglo XX, donde llevó una vida de anacoreta en plena conexión con el paisaje y la naturaleza. Su vivienda, situada sobre la costa, y el entorno de la misma fueron el lugar en el que Man fue construyendo su universo artístico valiéndose de los recursos que la naturaleza le proporcionó y creando este jardín escultórico que hoy forma parte de su legado.
Cuando en el año 2002 el accidente del buque petrolero Prestige cubrió de chapapote la Costa da Morte, su obra escultórica se vio también teñida de negro. Pocos meses después Man fallecía en su casa casi como la primera víctima de este desastre natural.
En contraste con la urbana playa de la Concha, la playa de Caneliñas es una pequeña cala en un entorno salvaje de gran belleza. A este abrigado lugar llegaban los barcos cargando enormes ballenas para ser despedazadas y preparadas en una factoría hoy abandonada. A mediados del siglo XX tuvo su momento de esplendor, siendo una actividad de gran impacto económico y social en la región. Para ampliar información al respecto, recomendamos ver el documental A Costa das Baleas, donde algunas personas que vivieron aquella época, cuentan los detalles en primera persona.
Es la playa urbana de Cee, formada tras la gran ampliación del ensanche que ganó tierra al mar en el siglo XX. Su nombre deriva de la curiosa forma en semicírculo del arenal que forma, junto con su paseo y parque, un completo espacio de recreo para los vecinos de la villa, desde donde disfrutar de una hermosa panorámica de la histórica Corcubión.
Declarada Conjunto Histórico Artístico en 1984 y Municipio Turístico Gallego en el año 2000, la villa de Corcubión tiene carácter marinero y a la vez burgués. Marinero, por su puerto salpicado de pequeñas embarcaciones tradicionales y aparejos envueltos en la rutina diaria del trabajo en el mar. Burgués, por la gran muestra de casas blasonadas y pazos, entre las que destacan la Casa de Castrexe, el Pazo de los Dios y Pose o el Pazo de los Condes de Altamira, antiguos señores de estas tierras. Llama la atención la Capilla del Pilar hoy elemento dinamizador de la vida cultural de Corcubión, en la que los vecinos organizan diversas actividades. Para disfrutar de una visita completa es recomendable pasar por su oficina de turismo, localizada en la antigua cárcel que estuvo en uso hasta el siglo XX.
El faro de cabo Cee, datado en 1860, protege con su luz la entrada de la ría de Corcubión desde A Laxe de Fóra. Por su situación constituye un mirador único desde donde divisar el Castillo del Príncipe y el antiguo puerto ballenero de Caneliñas en Cee, el monte Pindo y las islas Lobeiras en Carnota y por último la playa de Langosteira y el cabo Fisterra. Durante los equinoccios podemos seguir el recorrido del sol a lo largo del día sobre la ría de Corcubión, observando amaneceres tras el Pindo y atardeceres impresionantes sobre el cabo Fisterra.
Este espacio natural que recorre 500 metros del río Anllóns a ambos márgenes es una muestra magnífica de patrimonio natural y etnográfico. Desde el molino de Pose hasta el molino de As Sangueiroas, otros 13 molinos de agua han servido a los vecinos de las parroquias de Verdes y Cereo para la molienda de trigo y maíz, un reflejo de la importancia agrícola de estas tierras. El recorrido ofrece puentes y áreas recreativas en las que disfrutar de un buen descanso en conexión plena con la naturaleza y la luz del sol que se cuela entre los árboles sobre el agua del río.
Esta pequeña aldea, situada en el trazado del camino de Santiago a su paso por Dumbría, es una buena muestra de arquitectura popular, de la cual destacan sus hórreos de piedra. Estos funcionan como almacenes en los cuales poder guardar los productos del trabajo en el campo, especialmente el maíz. Los campesinos medían el tiempo observando el movimiento de los astros en el cielo, que les indicaba no solo el inicio y el fin de la jornada laboral, sino también los ciclos de siembra y cosecha de los cultivos. Caminar entre hórreos nos hace reflexionar sobre el tradicional modo de vida agrario.
La riqueza geológica de Costa da Morte junto con la fuerza del agua y el viento que agita el paisaje nos sorprende creando formas pétreas imposibles que en ocasiones parecen desafiar las leyes de la física. Este es el caso de la Pedra do Brazal, una gran roca sostenida sobre un estrecho punto de apoyo en un equilibrio imposible. Los peregrinos que recorren Dumbría en la búsqueda de ese atardecer mítico en Fisterra, pasan cerca de este monumento natural ubicado bajo el monte Castelo a 339 metros de altitud.
Este espacio museístico fue construido en 2015 para proteger, conservar y difundir el legado artístico y personal de Manfred Gnädinger, conocido popularmente como Man, el alemán de Camelle.
En la exposición se muestran toda una serie de obras hechas a partir de los objetos que el mar traía a las costas de Camelle, las denominadas “crebas”, y que Man ensamblaba, deformaba y pintaba para sus creaciones. El discurso expositivo se completa con fotografías, dibujos de visitantes y documentos con aforismos y reflexiones del propio artista.
El conocimiento de la vida y obra de Man se completa con la visita al jardín museo y otros lugares de Camelle que conservan algunos de sus trabajos.
Arou es un pequeño puerto marinero alejado del bullicio de las zonas turísticas y que tiene una de las playas más bellas de toda la Costa da Morte. Un arenal con forma de media luna, arena blanca y aguas tranquilas adecuadas para el baño. Se puede llegar a Arou y a su playa realizando un agradable paseo a través de un camino empedrado que conecta este lugar con el jardín escultórico de Man en Camelle.
La singular desembocadura del río Xallas, a su paso por la localidad de O Ézaro, da lugar a una hermosa ensenada al abrigo del monte Pindo. Su playa de arena fina se extiende en unos dos kilómetros de longitud formando una media luna, componiendo un paisaje idílico realzado por el brillo del sol en su recorrido hacia el ocaso.
Con más de 7 kilómetros de longitud la playa de Carnota está considerada como la más larga de Galicia. Es un arenal de gran belleza a los pies del océano que, durante algunas noches desde finales de primavera hasta finales de verano, se convierte en el sitio ideal para contemplar el “mar de ardora”, un fenómeno natural que tiñe el agua de color azul fluorescente. La playa finaliza en Caldebarcos, con sus dunas y marismas acompañadas de un lago interior. Un espacio que sirve como abrigo de numerosas aves migratorias y flora endémica.
Información
La mejor vista panorámica del litoral de Carballo la encontramos en este punto de la carretera que une Carballo con Caión. Desde aquí dominamos la vista sobre el Monte Neme y el Espacio Natural Razo Baldaio. El Monte Neme alberga una antigua mina de wolframio vinculada con el ejército alemán durante la II Guerra Mundial, ya que desde aquí se proveían del metal necesario para su armamentística. En la actualidad, el paso del tiempo y la falta de actividad ha dado lugar a un paisaje fascinante que merece la pena divisar desde este punto.
El Espacio Natural Razo-Baldaio es el lugar más destacado del litoral del municipio de Carballo, compuesto por el largo arenal y las dunas de Razo, además de la laguna y las marismas de Baldaio. Es un espacio de gran valor ecológico, uno de los más hermosos e importantes de Galicia, incluido en la Red Natura y declarado Zona de Especial Protección para las Aves. La diversidad de la flora y fauna presente en este espacio natural proviene de la variedad de ecosistemas que confluyen en la zona: marisma, laguna, arenal y acantilados.
La playa de Razo tiene por su parte un extraordinario valor, pues se trata de una playa fósil formada en el período cuaternario, origen de uno de los fenómenos geológicos más importantes de Galicia: la Depresión Meridiana que la recorre de norte a sur.
El faro de Lariño se ubica en punta Ínsua, bastión de entrada de la ría de Corcubión. Su construcción se remonta a las primeras décadas del siglo XX, funcionando en la actualidad como hotel. Desde aquí se pueden contemplar puestas de sol impresionantes sobre la playa de Lariño.
En Ponteceso nació el bardo de las letras gallegas, Eduardo Pondal, creador del himno y defensor del legado celta de Galicia. Pondal escribió con gran emoción sobre el sol legendario de la Costa da Morte e hizo de los topónimos de la comarca auténticos guerreros celtas. Para conocer todo su legado y participar en la amplia programación cultural de Ponteceso, es recomendable visitar la Fundación Eduardo Pondal.
MONTE PINDO
El monte Pindo es un imponente y extenso macizo granítico que culmina a 642 metros en el alto de A Moa. Alberga una riqueza geológica, ecológica, cultural e histórica sin parangón. El macizo acoge, entre otras especies, una población única de roble enano (quercus lusitanica).
A lo largo de la historia, aquellos que poblaron sus tierras han querido ver en las curiosas formas de sus rocas la viva imagen de animales y criaturas fantásticas, miembros de un universo mitológico que culmina con la denominación de Olimpo Celta. Dicen que en esta mole descansan los restos de la Reina Lupa y también su tesoro, protegidos por los gigantes pétreos de las laderas de las montañas, donde incluso se hallan cuevas de meigas.
La tradición popular dice que desde A Moa, en la cima del monte Pindo, en los días limpios y despejados, es posible ver las torres de la Catedral de Santiago. Lo que si es cierto es que desde A Moa, situado a más de 600 m de altura, se pueden contemplar la ensenada de O Ézaro, la playa de Carnota y Fisterra, mientras se disfruta del último atardecer de la Europa Continental.
El Archivo de la Pesca de Caión es un museo etnográfico, promovido por la cofradía de pescadores de esta villa, que forma parte de la Rede de Espazos Museísticos Atlánticos (REMA). La planta baja del edificio de la cofradía acoge este espacio expositivo cuyo discurso narrativo nos lleva a hacer un recorrido por la historia marinera y la tradición pesquera de la localidad de Caión.
La ensenada de Trece es uno de los lugares más salvajes y vírgenes de toda la Costa da Morte y que ha sido testigo de innumerables naufragios y trágicos episodios marítimos. De entre los recursos naturales existentes en la zona destaca la duna rampante más alta de la Península Ibérica que está situada en la zona este de la ensenada sobre las laderas del monte Blanco. Esta duna conserva la mayor colonia de caramiñas (corema album) del noroeste peninsular, un arbusto que se encuentra actualmente en peligro de extinción y que es el origen del topónimo de la villa y del Ayuntamiento. La floración de la camariña tiene lugar desde finales de marzo a finales de abril coincidiendo con el último atardecer de la Europa Continental que en esas fechas se puede disfrutar en la Costa da Morte, por lo que se convierte en un momento ideal para visitar el lugar.
Este centro de interpretación, ubicado en la Casa Rectoral de Golmar, nos ofrece una completa información acerca de los molinos de agua. A través de los paneles informativos, fotografías, documentos y piezas expuestas podremos saber más sobre las distintas tipologías de molinos existentes, su funcionamiento o sobre la importancia social y etnográfica que tuvieron estas construcciones en toda Galicia y particularmente en la Costa da Morte.
También conocido como A Cibdá, el Castro de Borneiro es uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de la cultura castreña. El recinto sigue los tradicionales esquemas de ubicación de estos asentamientos: una situación estratégica y elevada, un perímetro fortificado que permita su defensa y la cercanía al cauce de un río.
En el castro se puede distinguir, en la parte superior, el recinto principal o “croa”, en donde se encuentran las construcciones domésticas, la mayoría de forma circular y con unos cinco metros de diámetro, y el antecastro, barrio extramuros donde se sitúa un espacio dedicado a balneario con fines rituales.
El recinto estuvo habitado entre los siglos VI a. C. y el I d. C. y no existen signos de que fuese romanizado. En Borneiro pudieron llegar a vivir entre 300 y 400 personas, que se dedicaban principalmente a la agricultura, la ganadería y posiblemente a la metalurgia.
Considerado como la catedral del megalitismo gallego, Dombate es el dolmen de corredor mejor conservado de toda Galicia. La edificación consta de dos túmulos superpuestos con unas dimensiones que alcanzan los 25 metros de diámetro y 1,80 m de altura. Esta construcción funeraria data del período Neolítico, hace aproximadamente 6.000 años. Además del propio valor del dolmen, las diferentes campañas arqueológicas han sacado a la luz diversas pinturas y grabados realizados en el monumento.
La entrada al corredor está orientada hacia el orto, algo común en otros monumentos megalíticos gallegos. Durante el solsticio de invierno los primeros rayos de sol inundan el corredor del túmulo bañando de luz todo el espacio central.
En el año 2011 se inauguró el Centro Arqueológico Dolmen de Dombate, un espacio arquitectónico que actúa como elemento de protección y conservación de este Bien de Interés Cultural, así como de centro de interpretación y recepción de visitantes.
Este espacio museístico fue construido en 2015 para proteger, conservar y difundir el legado artístico y personal de Manfred Gnädinger, conocido popularmente como Man, el alemán de Camelle.
En la exposición se muestran toda una serie de obras hechas a partir de los objetos que el mar traía a las costas de Camelle, las denominadas “crebas”, y que Man ensamblaba, deformaba y pintaba para sus creaciones. El discurso expositivo se completa con fotografías, dibujos de visitantes y documentos con aforismos y reflexiones del propio artista.
El conocimiento de la vida y obra de Man se completa con la visita al jardín museo y otros lugares de Camelle que conservan algunos de sus trabajos.
En lo alto del monte Farelo se sitúa este santuario de advocación mariana que popularmente se dice que es el hermano pequeño del santuario da Virxe da Barca en Muxía. La construcción actual data del siglo XVIII y se asienta sobre las ruinas de la antigua capilla de origen medieval. La ubicación de la ermita en la cima de este promontorio nos ofrece unas espectaculares vistas de todo el paisaje de la costa de Camariñas. Es un lugar de una gran devoción marinera, donde cada lunes de Pascua se celebra la romería en honor a la Virxe do Monte, con una procesión que lleva la imagen de la Virgen desde Camariñas hasta la ermita. Desde hace unos años se celebra en este lugar una fiesta para dar la bienvenida al verano en la noche del solsticio.
El macizo rocoso de cabo Vilán está catalogado como Sitio Natural de Interés Nacional y no es para menos ya que, entre otras cosas, es lugar de abrigo de numerosas aves marinas entre ellas la gaviota tridáctila, que solo anida en las Illas Sisargas y en cabo Vilán. Entre marzo y abril, el lugar se tiñe del blanco de la camariña (corema album) en flor.
En la punta del cabo se construyó en 1896 el actual faro, una edificación impulsada a raíz del naufragio del buque Serpent y que fue el primer faro electrificado de España. Desde este edificio, hoy convertido en Centro de Interpretación de los Naufragios, Faros y Señales Marítimas, tendremos unas vistas privilegiadas para observar el sol acercarse al horizonte oceánico.
En 1890, el buque acorazado británico HMS Serpent naufragó frente a las costas de Camariñas dejando para la historia uno de los naufragios más conocidos de todos los habidos en la Costa da Morte. En este suceso, en el que solo hubo tres supervivientes, 172 miembros de la tripulación perdieron la vida. Días más tarde, y gracias a la labor y empeño de los vecinos, los cuerpos de los fallecidos fueron enterrados en un cementerio construido expresamente para dar sepultura a los marineros británicos, frente a la costa donde sucedieron los hechos. El camposanto tiene una estructura doble concéntrica, estando enterrados los oficiales en la parte interior y los marineros en la exterior. A día de hoy este cementerio forma parte de la Ruta Europea de los Cementerios Singulares, un itinerario cultural europeo declarado por el Consejo de Europa. Debido a este trágico evento se construyó el faro de cabo Vilán al que se puede llegar a través de una impresionante ruta a lo largo de la fachada costera.
Para la corriente artística del neoplasticismo, el arte forma parte de la vida por lo que no es necesaria la imitación del paisaje, basta con unir línea y color en un mismo espacio, tal y como pasa en el Cementerio de Colores, en Dumbría, proyectado por la arquitecta Rosana Pichel. Los amantes de la arquitectura contemporánea disfrutarán visitando esta obra, que rompe con la tipología tradicional de cementerio. Lo convierte en un espacio amable, en el cual la luz del sol hace que el color de los paneles cuadrados vibren en homenaje a Piet Mondrian.
El mirador de O Ézaro se encuentra en el alto de Cruz de Pao a 243 m de altitud, con una vista privilegiada sobre la ensenada de la desembocadura del Xallas, el monte Pindo, las islas Lobeiras y el cabo Fisterra.
Este lugar forma parte de la historia del ciclismo nacional e internacional. En el año 2012 el mirador acogió la meta de la décimo segunda etapa de la Vuelta ciclista a España, resultando vencedor Joaquim Rodriguez “Purito”. Desde entonces, este punto se ha convertido en un referente de este deporte, siendo muchos los aficionados que se aventuran a superar el 30% de desnivel que une la ensenada con el mirador. Tanto es así que actualmente se celebra una gran prueba anual, el Gran Fondo Ézaro.
El Castillo de San Carlos se encuentra asentado sobre un manto rocoso flanqueando un extremo de Fisterra. Fue construido en el siglo XVIII para defender la ría de Corcubión y en la actualidad alberga el Museo del Mar. En su interior, podrás empaparte de la cultura marinera. ¿Sabías que en Costa da Morte la expresión marinera “a raxor” significa al amanecer? Su recinto, además, constituye uno de los miradores emblemáticos de la villa, desde el cual tendrás una vista privilegiada sobre la ría.
Construido en 1853, el faro de Fisterra es el marco perfecto para disfrutar de una emocionante puesta de sol. Un atardecer conmovedor cargado de simbolismo y contenido que congrega a decenas de personas al mismo tiempo. Es la meta de muchos de los peregrinos que llegan a la Costa da Morte. A los pies del faro podemos apreciar la imagen sobrecogedora del mar infinito. Ese Mare Tenebrosum que diría Decimo Junio Bruto Galaico, el mismo mar bravo que ha dejado sendos naufragios en la historia de la Costa da Morte.
Es un privilegio poder contemplar un monumento megalítico tan singular como la Casota de Berdoias. Singular por varias razones: por su planta rectangular y por los diferentes petroglifos que han llevado a investigadores, como Emilio Fonseca Moretón, a ver en su interior un calendario estelar. En él se representaría el cielo de medianoche del equinoccio de otoño en el momento de su construcción. Recordemos que el equinoccio de otoño marca un momento clave en el cultivo y cosecha de productos agrícolas. En la losa norte, además, podemos ver una cazoleta orientada hacia el este, más profunda y grande que las demás, pudiendo representar el sol naciente. De ahí que durante el amanecer del solsticio de invierno el sol alumbre el interior de la pared oeste iluminando de soslayo esta cazoleta.
Al contrario de lo que habitualmente vemos en este tipo de construcciones, As Barreiras no se ubica en una zona alta y de difícil acceso, sino en pleno valle, con el objetivo de aprovechar las zonas de cultivo y dominar el territorio. La monumentalidad de sus murallas dan cuenta de la importancia que tuvo el asentamiento, situado en la última Edad de Hierro y habitado también durante el período galaico-romano. Las sucesivas campañas arqueológicas han sacado a la luz diferentes construcciones, hogares, gran material cerámico y varias sorpresas. Entre ellas el hallazgo de un betilo, un ídolo frecuente en la cultura fenicia.
El escritor Eduardo Pondal situaba en el dolmen de Arca da Piosa la tumba de su legendario guerrero celta Brandomil, protagonista de parte de su obra. Así lo recoge en el poema titulado Á hora en que o doce luceiro. Este es uno de los dólmenes más importantes de la Costa da Morte y el corredor principal se encuentra orientado hacia el nacimiento del sol.
Datado en el siglo XV, se considera uno de los pazos más antiguos de Galicia. La finca comprende la monumental casa señorial de los Riobóo, que cuenta con un rico conjunto etnográfico compuesto por hórreos, palomar, fuentes e incluso un pequeño palco de música. Para llegar al pazo atravesaremos un fascinante túnel arbolado, plantado por el ilustre biólogo Víctor Seoane. En su interior se halla una exposición sobre la Galicia rural de los últimos siglos. Es especialmente interesante la muestra de vestimentas elaboradas a base de lino, un tejido producido y trabajado con gran tradición en Galicia, y especialmente trabajado por asociaciones locales. En el proceso artesanal de preparado del lino, el sol cumplía una función esencial.
En el interior de Zas, caminando entre sauces blancos y alisos, a las orillas de un río que en varios puntos cae en cascada, nos encontramos un maravilloso conjunto de molinos de agua en los que merece la pena detenerse. Los molinos de Rabiñoso forman parte de la Ruta del Agua de Zas.
La Costa da Morte está salpicada de islotes icónicos, bastiones de los cabos y ensenadas. O Centulo (demonio) es una roca que sobresale en medio del mar, a 700 metros del cabo Fisterra y a 25 metros sobre el nivel del mar. O Centulo es testigo cada día de las puestas de sol más espectaculares, pero también ha sido, a lo largo de la historia, localización de diversos naufragios, como el de los buques Captain, Blas de Lezo o Bitten.
Esta iglesia parroquial se encuentra en Duio, a los pies de un castro, en un enclave muy vinculado a la historia del Camino de Santiago. Pisamos tierra de la mítica Dugium donde, según cuenta la leyenda jacobea, la Reina Lupa pide al rey de esta ciudad que sepulte en sus tierras al Apóstol Santiago. Sin embargo él se niega, por lo que recibirá un castigo divino: la ciudad acaba desapareciendo arrasada por el océano.
El historiador romano Lucio Aneo Floro cuenta que el general Decimo Junio Bruto Galaico, tras haber conquistado Gallaecia, llegó a lo que en el Imperio consideraban como el final del mundo conocido (Finis Terrae) para ver el sol hundirse en el Mare Tenebrosum. Estaba sin duda en el Promontorium Nerium, es decir, en cabo Fisterra. Esta escena pone de manifiesto la importancia de los atardeceres en este paisaje salpicado de mitos y creencias en torno al culto al sol. Recordemos que en lo alto del cabo, en el monte Facho se encuentra la Ermita de San Guillerme, ubicación posible del Ara Solis; pero también las Pedras Santas, dos grandes piedras redondas a las que se les ha atribuido poderes mágicos. Entre monte do Facho y el faro de Fisterra la vista que podemos apreciar es maravillosa ya que alcanzamos a observar la ría de Corcubión, el monte Pindo, la punta del cabo y el islote de O Centolo.
El dolmen de Regoelle o también llamado Pedra da Arca tiene su origen probablemente en el tercer milenio a.C. Llama la atención sus losas colosales y el buen estado de conservación del túmulo, en cuyo interior aún podemos percibir grabados y pinturas rojas prehistóricas. En las proximidades se encontraba un castro que lleva el mismo nombre. En Vimianzo encontramos un buen número de dólmenes que podemos visitar a través de una ruta.
Después de cabo Touriñán, cabo da Nave es el segundo punto más occidental de la Costa da Morte. Se convierte así, en un punto referente en la búsqueda del último atardecer de la Europa Continental. Frente a la punta del cabo podemos ver el islote de Berrón da Nave de impresionantes acantilados.
Desde lo alto del cabo, en el mirador del monte Veladoiro, la panorámica que se puede observar del océano con el cabo Fisterra a su izquierda, es una auténtica postal.
Esta playa de arena fina, ofrece silencio y tranquilidad. Está abierta al océano por lo que sus aguas son peligrosas. Dar un paseo por este inmenso arenal salvaje al abrigo del sol, es un plan perfecto para conectar con la naturaleza y la esencia de la Costa da Morte.
Situada entre cabo da Nave y Fisterra, la playa de Mar de Fóra se abre al océano, acogiendo un hermoso espectáculo en la puesta del sol. A pesar de estar próxima a la villa, su paisaje es plenamente salvaje y está incluida dentro de la Red Natura. Al final de la playa existe un mirador muy atractivo desde el cual disfrutar de una panorámica del arenal.
George Borrow, peregrino británico del siglo XIX, escribió sobre su paso por esta playa. La describió como una “playa de arena de blancura deslumbradora”, donde “el sol brillaba reluciente y sus rayos iluminaban todas las cosas”. Este arenal de casi dos kilómetros de longitud acoge los baños rituales de los peregrinos en las aguas del fin del mundo.
En lo alto del monte Facho, hacia la cima del cabo Fisterra, se encuentran los restos de una ermita destruida en el siglo XVIII. Su entrada está orientada hacia la salida del sol en los equinoccios, en diálogo constante con el monte Pindo. Alrededor de la ermita existe un mundo de mitos, leyendas y rituales paganos. No en vano, en su entorno, se situaría el Ara Solis. En el interior de las ruinas de la ermita se halla una gran losa, llamada popularmente la “cama del santo” donde yacían las parejas estériles en búsqueda de la fertilidad.
Estos restos están muy relacionados con la tradición jacobea, ya que su origen está posiblemente vinculado a un peregrino llamado Guillermo, duque de Aquitania, quien habría peregrinado a este lugar para pasar sus últimos años de vida.
Este templo de origen románico es lugar de devoción de los miles de peregrinos que llegan a Fisterra. Su ubicación marca el ascenso al cabo y es parada obligatoria para todos los visitantes. En su interior se rinde culto a Santa María das Areas y al Cristo de Fisterra, en torno al cual existen numerosas leyendas recogidas por peregrinos desde el siglo XV. Una de ellas cuenta que hace mucho tiempo, durante una tormenta, un barco que tenía serios problemas para salir de la ensenada decidió tirar por la borda una gran caja que al parecer era el motivo de sus males. Cuando la caja llegó a la costa, descubrieron la imagen del Cristo que había decidido de esta manera quedarse en esta tierra y no continuar la travesía por el océano.
Fisterra es una villa marinera y turística a partes iguales. La vida gira en torno al puerto pesquero, a su fantástica lonja y a los numerosos bares de tapas, restaurantes y cafeterías que pueblan sus callejuelas. En ellos puedes encontrar los mejores manjares de la cocina local, con vistas a la ría de Corcubión y al monte Pindo. En el corazón de la villa se sitúan la plaza y la calle Ara Solis, en referencia al legendario altar de origen fenicio que, se cuenta, existió en el cabo Fisterra.
Es un conjunto etnográfico de gran valor compuesto por dos edificios. Uno de ellos aloja molinos y está sobre el río y el otro acoge molinos y batanes. Es recomendable la visita para conocer el interesante trabajo en los molinos y especialmente en los batanes, siendo estos de los últimos en ser abandonados en Galicia y de los pocos que todavía pueden verse en funcionamiento.
Los batanes aprovechan la energía hidráulica para golpear las mantas de lana con el objetivo de hacerlas más compactas y por tanto más resistentes.
El Castillo de Vimianzo, cuyo origen se remonta al siglo XIII, es en la actualidad una de las visitas turísticas obligadas en la Costa da Morte. Desde su construcción ha sido residencia de nobles y arzobispos, centro de poder y justicia e incluso casa de vacaciones romántica. Ha vivido luchas entre nobleza y clero, revueltas irmandiñas y en el inicio de la Guerra Civil ha sido emblema de la resistencia republicana. En la actualidad se puede visitar de forma particular o en visitas guiadas y en su interior acoge una interesante muestra de artesanía en vivo.
El Xallas es uno de los pocos ríos europeos que desembocan en forma de catarata en el mar. En este caso, en el océano Atlántico entre las poblaciones de O Pindo (Carnota) y O Ézaro (Dumbría). Sus aguas se precipitan desde una altura de 80 metros, acariciando el rojizo granito del monte Pindo que impide una desembocadura más tranquila.
A pesar de que, durante el pasado siglo, el curso del río fue intervenido por diferentes embalses y la fuerza de la catarata fue aprovechada para la producción eléctrica, en la actualidad se respeta la caída natural del agua, especialmente torrencial durante los meses de invierno.
¿Te imaginas ver el sol amanecer y atardecer sobre el mar desde el mismo punto en la misma jornada? No te lo imagines, experiméntalo desde el mirador de Santo Hadrián en Malpica entre el 22 de mayo y el 21 de julio. Entre estas fechas el sol sale hacia el este en dirección a cabo Prior y muere hacia el oeste en dirección a punta Nariga, debido al movimiento aparente del sol respecto de la Tierra y a la distancia con el horizonte teniendo en cuenta la altitud del punto de observación. Por otra parte, desde el mirador de punta Nariga tienes unas fantásticas vistas a las islas Sisargas, hogar de numerosas aves marinas.
Las vistas que se pueden observar desde el faro de Laxe abarcan desde el faro Roncudo hasta punta do Boi en Camariñas. En el entorno del faro, la escultura A Espera, proyectada por Iria Rodríguez, se levanta en lo alto de punta Insua en homenaje a las familias de los marineros que perecieron en el mar. Próximo a la escultura tenemos un merendero perfecto para disfrutar de un alto en el camino con las mejores vistas.
Declarado Paisaje Protegido, este macizo de gran interés geológico se sitúa entre los municipios de Laxe y Vimianzo. Pasear entre sus grandes rocas nos lleva a un universo onírico de piedras erosionadas, en equilibrios imposibles, con apariencias zoomorfas y antropomorfas que componen un paisaje mágico. Es recomendable realizar la ruta de senderismo que nos señaliza las grandes rocas que encontraremos entre los picos de Torre da Moa, Galla da Pena Forcada y A Cachucha.
Los residuos de cristal y vidrio arrojados a este lugar a lo largo de los años regresaron a la costa erosionados por la acción del mar, dando lugar a una playa de colores brillantes a la luz del sol. Una imagen pintoresca que se repite en distintos arenales en todo el mundo, pero que es especialmente bella desde este punto, con la ensenada Baleeira al atardecer.
Esta estación de arte rupestre se sitúa en los límites entre Vimianzo y Laxe. Es un conjunto extraordinario pues es el primero en la Costa da Morte donde se han encontrado grabados con una escena de caza. En el panel vertical se pueden ver diferentes animales interpretados como ciervos, perseguidos por humanos y perros. En el abrigo, el yacimiento se completa con una gran combinación circular. El mejor momento para observar los petroglifos es el ocaso del día.
El maravilloso perfil del faro Punta Nariga recortado sobre el cielo del atardecer en la fachada occidental de Malpica es una imagen para el recuerdo. El edificio fue proyectado por el arquitecto gallego César Portela, quien supo integrar el faro perfectamente en la naturaleza, tanto por los materiales empleados como por las formas. Simula la proa de un barco rompiendo las olas, con un hermoso mascarón en bronce orientado hacia el océano.
Datado entre los años 3500 y 2700 a. C., el Dolmen de Pedra da Arca se construye en la época de máximo esplendor del megalitismo en Galicia. Su entrada, orientada hacia la salida del sol en el amanecer del solsticio de verano, da paso a una amplia cámara poligonal, cuya tapa de piedra fue desplazada por canteros y buscadores de tesoros prehistóricos.
En la localidad de Buño (Malpica) pervive una artesanía de gran tradición y relevancia económica para el lugar: la cerámica. En la actualidad, la actividad se mantiene gracias a la labor de más de 20 talleres alfareros.El ecomuseo Forno do Forte constituye un magnífico conjunto etnográfico en el que se recrea la vida de una familia de artesanos a mediados del siglo XX. La vivienda, el taller, el horno, el almacén y el hórreo, son los espacios que puedes visitar para conocer de cerca su forma de vida y de producción de la cerámica. Además, cada año en esta localidad se celebra una muestra de alfarería, donde podrás descubrir el trabajo de los artesanos y también experimentar con tus propias manos el trabajo con el barro en el torno.
A 550 metros de altura, la cima del monte Aro es un buen mirador sobre la comarca del Xallas en el trayecto del Camino de Santiago a Fisterra-Muxía. Desde él se divisa el valle del río Xallas, que detiene sus aguas en el gran lago formado por el embalse de A Fervenza. Este humedal es muy interesante para los aficionados a la ornitología, pues es un destacado lugar de descanso para aves migratorias.
El litoral de la Costa da Morte se encuentra salpicado de puntas salvajes donde los faros protegen a los barcos que se acercan peligrosamente a sus acantilados. El rugido fuerte y violento del mar ha inspirado su nombre, Roncudo,l el mar ronco que sobrecoge a quien lo escucha. Esta zona ha presenciado numerosos naufragios que dieron nombre a las rocas. Así, por ejemplo, el Petón do millo recibe este nombre porque fue ahí donde naufragó un barco cargado con maíz.
Esas mismas rocas son, precisamente, el caladero de uno de los manjares de la Costa da Morte, el preciado percebe del Roncudo. Los percebeiros y percebeiras que lo capturan se juegan cada día la vida entre golpes de mar y viento. En homenaje a las personas desaparecidas en este heroico trabajo, hoy contemplamos diferentes cruces sobre el acantilado que ya se han convertido en iconos de este salvaje paisaje al atardecer.
El Dolmen de Mina da Parxubeira, datado entre el IV y III milenio a. C., se encuentra en la parroquia de San Fins de Eirón rodeado de verdes pastos, una imagen evocadora del carácter agroganadero de la localidad de Mazaricos. El corredor del dolmen, al igual que la mayoría de los que nos encontramos en Costa da Morte, está orientado hacia el este y en su interior se hallaron durante las excavaciones importantes restos arqueológicos como hojas de sílex, amuletos o cerámica campaniforme. Además, en el exterior se hallaron 4 estelas antropomorfas alineadas cerrando lo que se consideraba el área sagrada de este monumento del Neolítico.
Cabo Touriñán es el punto más occidental de la España peninsular,¿Sabías que desde el extremo del cabo nos separan 5.200 Kms de océano con Nueva York? Desde aquí se contemplan puestas de sol infinitas, sobrecogedoras, las últimas de toda Europa continental durante dos meses al año. La panorámica oceánica desde este mirador natural es tan amplia, que la vista se pierde en el horizonte fundiéndose el mar con el cielo.
Asentado en las inmediaciones de una villa y necrópolis romana, los orígenes del monasterio de San Xulián de Moraime se remontan al siglo XII, en pleno apogeo de la orden benedictina. Hasta el siglo XV, Moraime llegó a ser un centro religioso de primer orden en la Costa da Morte, fundamental para comprender la peregrinación jacobea a Muxía. En sus portadas románicas podemos encontrar las escenas bíblicas de la Última Cena y el Juicio Final. En su interior, destacan unas hermosas pinturas del siglo XVI con la representación de los diferentes pecados capitales.
Alberto Buñuelos-Fournier es el escultor del monumento A Ferida, que se levanta en el entorno del santuario de Nosa Señora da Barca, en recuerdo del desastre ecológico tras el hundimiento del petrolero Prestige en el 2002 frente a esta costa. Se trata de un gran monolito de 400 toneladas con una apertura en el centro a modo de grieta, a través de la cual, al atardecer, el sol se cuela brillando con fuerza. Es recomendable visitar el Museo del Voluntariado para entender mejor lo que supuso la catástrofe para Muxía y toda la Costa da Morte, pero sobre todo para reconocer la importancia de los voluntarios que unieron sus esfuerzos para salvar la costa.
La leyenda dice que la Virgen llegó en una barca de piedra a este lugar de la costa de Muxía para alentar al Apóstol Santiago en la evangelización de Galicia. Los supuestos restos de la barca se encuentran distribuidos en el entorno del santuario, siendo meta de peregrinación para aprovechar las propiedades curativas y adivinatorias de estas rocas. Las piedras “de abalar”, “dos cadrís” y la “do timón” serían respectivamente la barca, la vela y el timón. La aparición de santos en barcas de piedra es una tradición que se repite en otros lugares de Galicia y otras culturas atlánticas. Sentarse en este lugar de peregrinación milenario para ver morir el sol en el Atlántico es una experiencia única.
¿Qué tienen en común Muxía y el municipio aragonés de Calatayud? El congrio seco. En la Edad Media, Muxía importaba cabos y cuerdas para los barcos, traídos por los bilbilitanos. Como pago por ello se llevaban piezas de congrio de los secaderos de Os Cascóns y As Pedriñas. Los últimos lugares donde se realizó esta labor artesanal en Galicia se encuentran en Muxía. El viento que azota su costa y la luz del sol se encargan de completar el proceso de secado. Si quieres degustar este manjar, cada Semana Santa se organiza una Fiesta del Congrio en la que los restaurantes de la villa ofrecen distintas elaboraciones de este pescado.
Ubicada en una península al abrigo del monte do Corpiño, esta villa marinera es el sitio perfecto para degustar su gastronomía tradicional elaborada con productos del mar. El pulpo o la empanada de congrio son algunos de los platos estrella. Detrás de la fachada marítima, se puede pasear por sus callejuelas históricas con interesantes muestras de arquitectura tradicional marinera. En el puerto, unos grandes murales retratan la esencia marinera de Muxía y el duro trabajo de pescadoras y mariscadoras.
A Pedra da Serpe es un cruceiro singular, pues la cruz nace de una roca transformada en serpiente alada. Aunque su origen no está claro, hay autores que la sitúan en la época medieval. En este lugar se cuenta que hace muchos años san Adrián golpeó el suelo con su pie para liberar a esta tierra de una poderosa plaga de culebras. Una leyenda que recuerda a la de san Patricio que liberó la isla de serpientes.
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